Nunca pretendas obligar a alguien, a cambiar su forma de comer

¿Cuántas veces te has visto queriendo ayudar al resto, queriendo cambiarles algo o cambiarles algún hábito?

Yo me he visto en ese lugar varias veces, pero no he logrado mucho la verdad.

No cambiamos por obligación, cambiamos por algo interno, porque algo nos hizo clics en nuestras cabecitas y decimos, bueno ¡ya no más!

Generalmente cuando comenzamos a ver los beneficios de nuestros cambios alimentarios, queremos que todo el mundo haga lo mismo, que disfrute igual que nosotros, que coma igual que nosotros, etc. Pero no todos somos iguales, y a muchos quizás hasta les parezca molesta tu insistencia.

Y está bien, comparto que debemos cambiar ciertos hábitos, porque definitivamente es un gran paso para sentirnos bien con nosotros y con nuestro entorno. Pero debemos dar un paso al costado si la persona no desea escucharnos.

Por eso debes preocuparte primero por ti, continuar con tu proceso de cambio, luego lo siguiente vendrá sólo. El ejemplo muchas veces es mejor que las imposiciones.

Cuando alguien quiera cambiar, lo hará el día en que realmente lo desea, no por obligación.

Maneras de las que puede ayudar sin obligar a cambiar

  1. Con el ejemplo. Siempre el ejemplo será la mejor herramienta que tengamos, porque cuando vean los cambios que hay en ti, querrán saber más y probar lo que estás haciendo;
  2. Con información. La información la puedes compartir en tus redes sociales, así quien te siga, se puede sentir llamada a mejorar su salud por los conocimientos que compartes;
  3. Haciendo recetas saludables y con muchos colores para agasajar. Es impresionante como nos entra por la vista muchas comidas, especialmente a los niños;

Lo que no debes hacer

  1. Nunca obligar a cambiar su alimentación o a comer ciertos alimentos;
  2. Hacer sentir culpable al otro por estar comiendo algo que tu consideras que no es saludable;
  3. Hacer caras raras si es algo que tú no comerías;
  4. Entregar información relativa de un producto sin que te hayan pedido tu opinión;
  5. Hablar de lo muy saludable que eres, lo que comes y lo que no comes;
  6. Juzgar al resto por su forma de alimentarse;

Todos cambiamos a nuestro debido tiempo. Seguramente, también te ocurrió a ti de esa manera.

Todos somos distintos y tenemos diferentes momentos en nuestra vida, en donde decidimos hacer ciertos cambios en aquellas áreas donde no nos estamos sintiendo muy cómodos.

Por eso no te desesperes por cambiar al resto. Sigue trabajando en ti. Cuando trabajamos en nosotros y nos concentramos realmente en nuestro bienestar, las piezas de lo externo se van acomodando y sin darnos cuenta, comienzan a engranar las piezas.

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