Primeros pasos a seguir para mejorar tu salud
Una de mis primeros hábitos que empecé a modificar, fue a dejar los productos altamente procesados o ultraprocesados.
No le ponemos la atención a lo que compramos y vemos en los supermercados. Ha sido tal la practicidad que nos brindan los productos que no nos cuestionamos acerca de lo que realmente estamos comprando y consumiendo.
Estos productos nos cautivan por sus sabores, sus colores, su envase y su precio. Y por toda la millonaria publicidad con que los promocionan.
Qué son los productos ultraprocesados
Los productos procesados son todos aquellos productos que tienen un bajo valor nutricional y un alto contenido calórico. Algunas sustancias con las que se formulan derivan de los alimentos, como azúcar, almidones, grasas y sal, pero en su mayoría tienen un alto contenido de aditivos hechos en laboratorios (aglutinantes, colorantes, edulcorantes, espesantes, conservadores, emulsificantes, solventes y un largo etcétera). Básicamente, se podría decir que son prácticamente artificiales.
Se caracterizan por ser altamente azucarados, salados o grasosos. Y aunque te digan en el envase que es “sin azúcar”, sigue estando endulzado con otros ingredientes que pueden ser hasta más dañino. Así como también las grasas, las que generalmente son grasas saturadas o grasas trans.
Estos productos muchas veces llegan a producir adicción, nos alteran el gusto y nos hacen querer cada vez consumir más. Así nos van creando el hábito.
Son extremadamente sabrosos y casi adictivos. Las señales de saciedad, que están a cargo del aparato digestivo y del cerebro, se encuentran alteradas por la ingesta de estos productos, lo que hace que se llegue a un consumo excesivo.
¿Cómo afectan en tu salud el consumo de ultraprocesados?
El frecuente y excesivo consumo de productos ultraprocesados muy probablemente sea la principal causa alimentaria del sobrepeso, obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares e inclusive algún tipo de cáncer.
También tiene incidencia a nivel endocrino (produce un desorden a nivel hormonal), cerebral y digestivo.
Algunos de estos productos son disruptores hormonales, lo que significa que alteran tu equilibrio hormonal e inhiben la metabolización de las grasas, lo que conlleva una subida de peso. Y todo esto por sus componentes químicos que nuestro cuerpo no reconoce y muchas veces no sabe qué hacer con ellos, lo que lleva a que sintamos malestares, inflamación, migraña, dolores de cabeza, alergias, entre otros síntomas.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) y el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer, señalan que las bebidas azucaradas, los snacks de alta densidad energética y la comida rápida (chatarra), contribuyen a la obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y varios cánceres.
Aprende a reconocer cuáles son los ultraprocesados
No es difícil reconocer cuales son los productos ultraprocesados. Lo que debemos acostumbramos es a leer el listado de los ingredientes que trae el producto. Los productos tienen una larga lista de ingredientes que están nombrados según la cantidad que traen, de mayor a menor, es decir, que el primer ingrediente que se señala, es de lo que mayor cantidad tiene el producto. También los reconocemos porque tienen una alta cantidad de azúcar o sal, grasas saturadas o grasas trans y gran cantidad de aditivos.
Si el producto trae muchos ingredientes que no los reconoces, y hasta es difícil nombrarlos, es mejor no llevarlo.
Lo ideal es que consumas productos reales, nutritivos, extraídos de la tierra. Cocinar tus propios alimentos, y no tener que estar aprendiendo los aditivos más dañinos. Los cuáles van cambiando de nombre frecuentemente o aparecen nuevos.
¿Cuáles son los ultraprocesados que deberías evitar?
Existe una larga lista de productos altamente procesados, pero acá te nombraré algunos de los más comunes que podrías empezar a disminuir su consumo ahora.
Todo producto listo para calentar o para comer, que no requiera una preparación previa. Se parecen a los alimentos reales o a los platos preparados en casa, pero es cosa de ver la los aditivos que tienen, ya sean conservantes, colorantes, etc. La comida rápida es pobre en nutrientes y está llena de conservadores y aditivos, que impactan negativamente en la salud. Es barata para tu bolsillo, pero muy cara para tu salud.
Los refrescos o bebidas azucaradas. Es bien sabido que son uno de los mayores factores de obesidad en adultos y niños. Y, por otro lado, hay estudios que indican que debilitan los huesos, aumentando el riesgo de fracturas (alto niveles de ácido fosfórico). Siempre prefiere el consumo de agua.
Cereales de caja para el desayuno. Son casi totalmente artificiales y extremadamente azucarados. Agradan a la vista por sus colores vistosos y su información de que son fortificados, ya sea con minerales o vitaminas. Están llenos de colorantes y saborizantes artificiales, y están hechos de harina y azúcar refinadas. Prefiere consumir avenas, cebada, trigo, quínoa u otro cereal que se dé en tu país.
Embutidos convencionales. La mayoría de las veces ni siquiera se sabe de lo que están hechos, pues trituran todo (hasta plumas y picos). Contienen conservadores químicos relacionados con diversas enfermedades.
Y entre otros como papas fritas empaquetadas, snacks empaquetados (salados o dulces), embutidos no orgánicos, carnes procesadas.
Helados, chocolates y caramelos, pan empaquetado, bollos, galletas, pasteles, tortas empaquetadas, barras energéticas, bebidas y néctares de fruta, agua con sabor, leche maternizada para lactantes, preparaciones lácteas complementarias y otros productos para bebés y productos “saludables” o “para adelgazar” (productos light).
Recomendación
Es verdad que nos ahorran mucho tiempo este tipo de productos, y quiero pensar que la idea inicial cuando aparecieron no era con la intención de enfermarnos, sino el ahorrarnos tiempo para poder ir a trabajar. Pero, lamentablemente, su excesivo consumo nos traerá más complicaciones que alivio.
Lo ideal es comenzar a preparar nuevamente nuestros alimentos. Si no tenemos mucho tiempo, hay que aprender a organizarse. Hay muchos sitios donde nos enseñan a cómo organizarnos con nuestras comidas, prepara platos nutritivos y fáciles, hacer snacks saludables, etc.
No necesitamos todo los que nos venden, nos crearon un hábito y una necesidad, que ahora debemos desaprender.
Bibliografía
Valeria Lozano (2016), Cambia de Hábitos, México, Grijalbo
Gracias por leer 🙂
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wow!! De verdad que comemos bastante mal, mi papá lastimosamente de joven comía muchos dulces, tomaba gaseosas sin control, le ponía bastante azúcar a un café o a los jugos. Mucha gente le decía pero nunca hacía caso pues en el momento no sentía ningún malestar. Ahora sufre de una diabetes terrible, sufre de colesterol, del corazón, y de la tensión. Vive muy asustado por la pandemia y quisiera devolver el tiempo para poder remediarlo todo. Debe comer sin nada de azúcar y sin una gota de sal. Así que doy fe de lo terrible que es comer sin medida alimentos dañinos. Gracias por toda esta información. 🤗 La compartí por qué es demasiado importante.
Gracias por compartir tu experiencia Mónica ayuda mucho para que otras personas tomen consciencia. Algunas personas no creen que el efecto pueda a llegar a ser grave, como le pasó a tu papá, que por no sentir malestares inmediatos, no le tomo el peso a la situación.
Como información, la diabetes tipo 2 se puede revertir, pero creo que dentro de los primeros 5 años. Deseo que tu padre se alivie y tenga una mejor calidad de vida. Saludos y gracias nuevamente!:)